Star Trek: Picard (3x07 y 08) - Reseña Rebañada


 

Los paralelismos entre la temporada 3 de Star Trek: Picard y la temporada 3 de Twin Peaks no se detuvieron en The Bounty. Prosiguieron en los episodios 7 y 8, dirigidos por Deborah Kampmeier. La principal diferencia —curiosamente— es que Picard 3 funciona mejor como «revival» porque busca satisfacer más las expectativas de la afición.

¿Ves, Patrick Stewart? No te querían a ti, querían una reunión nostálgica con tus viejos amigos que también son nuestros amigos. Nos diste Breaking Bad y queríamos The Next Generation. De hecho, para mí lo mejor de esta temporada es el reparto coral y la serialización compartimentada. O sea, que empecé a ver la serie porque había personajes de La nueva generación, pero me está gustando porque se parece a Espacio Profundo 9.


Deborah Kampmeier hizo un trabajo excelente en este díptico, cuyo tema principal es el doble maligno, la sombra de uno mismo.

El estilo de Kampmeier es muy equilibrado. Las partes de exposición son sobrias, las partes de acción son efectistas y las partes simbólicas tienen el mismo tipo de poesía teatral del Star Trek clásico.


Dominion alude tanto al colectivo de los cambiantes como al autocontrol de uno mismo.

El gólem de Altan Soong alberga una personalidad buena y una personalidad mala, que compiten por el control. Data y Lore son ángel y demonio. Cada vez que Data quiere ayudar, Lore confunde el mensaje. Esta dicotomía se repite con otros personajes que forman parejas.


[Corte de 26:30, Vadic] «Él será el comprensivo, y usted la cruel.»

Jean-Luc y Beverly juegan al poli bueno, poli malo.

Sidney y Jack sobreviven porque ella se rinde a los pensamientos de él, actuando ambos como uno solo.

En cuanto a Vadic, es tanto verdugo como víctima. Cuando la «mano jefe» la agrede, su cara se parece a la de Odo, de DS9. A él también lo maltrataron en laboratorios y también imitó la apariencia del doctor que experimentaba con él. Vadic es la anti-Odo. Aparte de su mejor capacidad para imitar rostros, lo único que la diferencia de él es que Vadic no estaba sola. Tuvo que ayudar a su familia a escapar, y eso la hizo más violenta.

Es exactamente lo mismo que dice Lore: «Si te rodean los santurrones, se vuelve necesario el ácido.» Lore se convirtió en un monstruo porque los vecinos de su colonia nunca lo aceptaron como a un ser humano, y su impulso por la supervivencia —por la propia dignidad— se impuso a las leyes de Asimov.


Hay una película de animación 3D que ilustra muy bien esta dualidad. Se llama Inside Out, trata de las emociones personificadas de una niña. Al principio, la emoción con mayor dominio es la alegría, que arrincona y margina a la tristeza. A lo largo de una aventura, la alegría aprenderá a apreciar el valor de la tristeza y a aceptar que tiene tanto derecho a estar ahí como ella.

Sería otro ejemplo de conflicto proveniente de la intolerancia. Es decir, el mal como un desequilibrio que surge de la no aceptación de una faceta propia.

Esto me lleva a uno de los primeros episodios de la franquicia: The Enemy Within (El propio enemigo). En este clásico de La Serie Original —que a día de hoy se hace incómodo de ver— el capitán Kirk queda dividido en dos personas: el amigo simpático que se queda en un rincón para no molestar y el egoísta que impone sus deseos por la fuerza. La solución no está en eliminar al capitán violento y darle el mando al capitán sin voluntad propia, sino en unificar de nuevo estas dos particiones. Esta aceptación de la sombra dormida queda plasmada como un abrazo.


Con un abrazo similar, en el episodio 8 de Picard 3, Data se une a Lore. No trata de aniquilarlo. No busca imponerse como la única mitad que ocupe todo el cuerpo. Supera este conflicto rindiéndose. De ahí viene el título: Surrender.

¡Ríndete, Data! Ofrece de corazón a tu hermano todo aquello que siempre te definió, así él también sabrá lo que es el amor.

¡Ríndete, Jack Crusher! Si subes al puente, a lo mejor te contamos el secreto de la Puerta Roja. O no, a lo mejor lo dejamos para la semana que viene otra vez. ¿Quieres saber qué esconde la Puerta Roja? ¡Ríndete!


En este episodio 8 —¡de 10!— finalmente muere Vadic. Así es como me gustan los villanos, que se mueran en el acto cuarto para dedicar todo el último acto a un epílogo bien planteado.


Dicho esto, los guionistas hicieron trampa. Dominion termina con Vadic diciendo a Jack que es hora de que sepa quién es en realidad. Y en Surrender no lo dice. Se queda ahí fumando en la silla de gamer. Yo creo que lo que fuma no es tabaco normal. Por eso decía Shaw: «Steal his pot.» Es hierba, por eso Vadic promete cosas y luego no se acuerda.


En fin, pronto desvelarán el misterio de Jack.

Muchas pistas apuntan a que es un asunto relacionado con los borg. Por lo menos, temáticamente. Como si Jack fuera un «superborg», y por eso puede conectarse con otras personas. Sin embargo, como yo siento que los borg ya se han usado demasiadas veces, no voy a decir la teoría más probable, sino lo que yo quiero ver.

Mi teoría —a dos semanas de acabar la serie— es que Jean-Luc Picard iba a ser el emisario original de los Pah-Wraith. El antiemisario que aparece en Espacio Profundo 9 no contradiría mi idea porque los Pah-Wraith son unos mentirosos. Quizá engañaron al enemigo de Sisko para que se creyera una figura semejante a él, y de este modo utilizarlo contra el emisario de los Profetas. Como digo, Jean-Luc tendría una simiente de anticristo pero los borg incapacitaron su programa genético. El código latente fue confundido con una enfermedad de síntomas parecidos y la misión de antiemisario se traspasó a su hijo. Cuando la serie repite y repite que Picard quemaría un mundo para salvar a su hijo, en realidad no habla de destrucción. Está adelantándonos que, como diplomático de la Federación, será el responsable de crear un estado independiente para los Pah-Wraith.

Antiguamente, los Pah-Wraith también formaban parte de los Profetas de Bajor, pero fueron exiliados a unas cuevas donde se solían manifestar físicamente como llamaradas. La sociedad bajorana tomó partido por los Profetas que se quedaron en el Templo, y despreció a los Profetas exiliados. La única manera que tuvieron los Pah-Wraith para seguir recibiendo las atenciones que los bajoranos les negaban era mediante engaños. Esto los corrompió hasta convertirse en los demonios de la actualidad. Hubo un desequilibrio.

Picard entenderá que el fuego camina con su hijo, y que la sanación pasa por restaurar su antigua dignidad. El rencor de los espíritus de fuego se disolverá cuando tengan su propia tierra.

Insisto en que no es lo más probable. Es lo que yo quiero ver.



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