Star Trek: Picard (3x01) - Reseña Rebañada

Reseña bien spoilerosa de "Star Trek: Picard", temporada 3, episodio 1, estrenado el 16 de febrero de 2023.

 


 

TEXTO ORIGINAL


¡Comienza la temporada 3 de Picard, la serie trekkie que menos me haya gustado! En las temporadas anteriores la cosa empezaba muy bien y a las dos semanas se convertía en la mayor chapuza que te pudieras imaginar, así que me acerqué con un palo por si acaso.


Antes de estrenar la temporada 3, los productores han dicho en todas las revistas que a la tercera va la vencida. Incluso el nuevo showrunner, Terry Matalas, consideró en un punto de la preproducción llamar a estos capítulos de cierre "Star Trek: Legacy". Me alegro de que no lo hicieran, porque aunque han mejorado muchas cosas, sigo notando que esta temporada final continúa el mismo hilo.


La premisa de Picard 3 está estructurada exactamente igual que en la primera temporada.

Tanto Picard 1 como Picard 3 empiezan con una nave en el espacio y música antigua relacionada con la trama central. Una mujer que nunca hubieras imaginado que se sabía defender se defendía de unos sicarios y pedía ayuda al almirante, que abandonaba la seguridad de sus tierras para conocer nuevas personas. O sea, "Star Wars".


Para mí, la peor parte del episodio es eso que ponían en el tráiler de la Dra. Crusher diciendo: «No confíes en nadie.» Opino que Star Trek no es la franquicia más adecuada para dar cabida a un mensaje de desconfianza. Casi te fuerzan a volverte paranoide durante un par de meses.

La mejor parte del episodio es cuando la grabación de auxilio de la princesa Crusher llega a través de un antiguo recuerdo: la insignia de la Enterprise D. Es la mejor forma posible para representar el pasado que llama al héroe a una nueva aventura.


Por desgracia, hay muchísima separación entre los personajes. Me da la impresión de que los guionistas siguen cometiendo la torpeza de supeditar las relaciones de los personajes a la historia que se les haya ocurrido primero. O sea, parece que los guionistas tengan conversaciones como esta:


—Quiero que Riker haga de sidekick.

—Pero Riker vive feliz haciendo pizzas con Troi y su hija.

—Pues entonces se han separado.


—Quiero que Raffi me investigue estas pistas que da igual quién las haga.

—Pero Raffi está con Siete en La Sirena.

—Pues entonces Siete se ha ido a la Flota.


Es otra vez el error de matar a Zhaban para que Laris se enamore del protagonista.

Por cierto, Laris se queda una vez más esperando en los viñedos. ¡No, ni eso! ¡Espera a Picard en un bar del planeta al que se iban a mudar! ¡En un bar! Me la imagino ahí diez semanas espantándose moscones y pidiendo bocadillos mientras Jean-Luc está con los amiguetes.


Las escenas de Raffi, sin llegar a ser molestas, no me agradan. Creo que es porque en las temporadas anteriores le daban a ella todas las escenas melodramáticas que me sobraban, así que cuando ahora la veo en una escena una parte de mí me pide desconectar emocionalmente. Esto provoca que no pueda mantener el interés muy seguido porque cada vez que la cosa se pone buena volvemos con Raffi. La actriz es buena, pero los errores del pasado lastran su presencia en este supuesto planteamiento fresco.

Hacen con Raffi una especie de presentación en falso, porque se hace pasar por una adicta para conseguir informaciones de un orión y luego resulta que no había recaído. ¡No me den esos sustos, ya me temía otros dos meses de escenas lastimeras!

Opino que fue una mala decisión llamar a la estatua de Rachel Garrett «la Dama Roja», porque en inglés «the Red Lady» me recuerda a aquel misterio tan rebuscado de «the Red Angel» en la 2ª temporada de Discovery. Por suerte, no nos lo arrastran demasiado, solo lo justo para que la detective demuestre un poco de esfuerzo.


En la parte técnica de la edición, se hace uso de temas musicales muy queridos por los aficionados, así como de un estilo en la composición que recuerda a las mejores partituras de la saga. Cuando son temas nuevos, me agrada mucho, porque me siento tan bien como si viera "The Orville". Pero cuando literalmente reciclan una pista musical de películas mejores, me suena a meme. Yo también puedo hacerlo en mi casa. De hecho, estuve trasteando con el editor de vídeo porque este primer episodio de Picard 3 es perfecto para hacer un videoclip de "Baila duro", de Maria Daniela y su Sonido Lasser. Ejemplos: «Si tú quieres bailar» —Beverly Crusher estaba interpretada por una experta bailarina— «te enseñaré a matar» —nos presentan a Crusher como una mujer que no duda en usar «su rasho lásser»— [...] «Que se rompa el suelo» —se hunde el edificio de la estatua de la Dama Roja— [...] «Que se caiga el cielo» —y el edificio cae a la ciudad por un portal— «que tiemble todo el mundo, que se asusten todos.» Una vez más, Alex Kurtzman juega al shock en lugar de entender Star Trek.


Volviendo con el prota, Jean-Luc y su amigo quedan en un bar, y el número uno hace un ejemplo fatal para los niños, porque hace enchufe:

—¿Cómo, quieres ir a la frontera? Yo me encargo, nos vamos a la USS Titan, que yo antes era el capitán en la época de "Lower Decks", y les digo que nos lleven.

La Titan está llena de coleguitas, porque como primer oficial está Siete de Nueve y como piloto está una hija de Geordi. Pero es que el capitán nuevo es muy malo, muy malo. Es un viejo pellejo. Empieza a cenar sin los protagonistas, hace ruido al masticar, no quiere darles un aventón a una zona que se sale de la cartografía de la Flota... ¡Claro, claro! Picard tiene que tomar prestada una lanzadera durante el turno delta. ¡No había otro remedio, es que lo llamaba su Beverly!


Entran al Crushermóvil y están todas las paredes llenas de los típicos apliques verticales para iluminación de cine. Que ahí es donde me di cuenta de que esto era perfecto para el videoclip de «en cualquier discoteque...»

Beverly Crusher tiene un hijo pequeño, el joven Jack. Se me hizo muy raro que después de "Némesis" Beverly tuviera otro hijo y que le haya dado tiempo a volverse adulto. Si yo me siento así, ¿cómo se sentirá Wil Wheaton? Han jugado a las pistas con el joven Jack, porque tiene un acento británico igual al de Picard. Lo primero que uno piensa es que Jean-Luc es el padre, pero no tiene por qué ser. Después de todo, Beverly se pasa los días oyendo las antiguas bitácoras del capitán, y desde hace 20 años nadie sabe de ella. Puede haber estado oyendo la voz de Picard cada semana como quien oye radio. Y el acento de Patrick Stewart se te pega, yo aprendí a pronunciar el inglés con "The Next Generation" y a veces yo también sueno parecido a Picard; y no significa que sea mi padre.

No me importa si el joven Jack es hijo de Picard o no. A mí el único chisme que me importa es: «¿será la señora bajita —que parece que una vaca le ha pegado un lametón— Sela de Rómulo; y por eso se han cargado la estatua de Rachel Garrett en un episodio emitido casi en el aniversario del episodio "Yesterday's Enterprise"; y por eso salen máscaras de carnaval al principio; y por eso Jack dice que los cazadores tenían una cara distinta cada vez?» A eso voy yo.


En conclusión, resumiría este arranque de Picard 3 como «ideas malas, ejecución buena». Porque en todo momento es entretenido. No me inspira, no me parece una historia ni atrevida ni auténtica ni interesante. Pero no aburre, y eso es más de lo que "Star Trek: Picard" podía presumir en temporadas anteriores.

Si tuviera que representar mis impresiones con una sola imagen, sería la del tocadiscos vintage de Picard. Parece comprado en un anticuario pero le salen de la base dos focazos LED azul eléctrico que demuestran que seguramente es en realidad un reproductor de mp3 escondido dentro de un armatoste ya muerto.


Sea como sea, tengo fe en su calidad como producto de entretenimiento, porque los productores la han anunciado como La Temporada Final. O sea que las tramas pueden apostar al 100% por consecuencias perdurables. Solo un final definitivo puede definir el significado de una historia.


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