Star Trek - La Serie Animada (1973) / Lower Decks (2020)

 


 

Star Trek: la serie animada


[Jaulas de madera]

KIRK: How come we always end up like this?

SPOCK: Fate, captain. Fate.


A mediados de los setenta, Star Trek volvió a la tele como serie de animación. Todavía existía la concepción anticuada de que los dibujos animados son para niños, pero el tono no se rebajó. Bueno, no demasiado. Se aprovechó el nuevo medio para introducir personajes y situaciones que antes resultaba caro mostrar. Los extraterrestres ya no tenían que ser simples señores maquillados; ahora podían ser verdaderas fantasías espaciales.


En su cast de voces, «Star Trek: la Serie Animada» cuenta con el grueso del reparto de la Serie Original.

William Shatner hace del capitán Kirk; Leonard Nimoy hace del primer oficial Spock; DeForest Kelley hace del Dr. McCoy; y luego tenemos a James Doohan, Nichelle Nichols, Majel Barret y George Takei, que se encargan de todo el resto. Si no hubieran cobrado por caché sino por número de takes, James Doohan habría salido millonario. Él dobla a la mayoría de los personajes episódicos masculinos, mientras que la mayoría de los femeninos son para Majel Barret, que ya era la voz de la computadora de la nave décadas antes de «La Nueva Generación».

Cuando llevas años viendo Star Trek en su versión original, te encariñas con ciertas voces. Esto hace que las repeticiones de voces no queden como algo cutre, sino como un encanto más.


La animación es bastante limitada. La pobre Uhura no tiene blanco de los ojos en el blanco de los ojos. Cada episodio es el colmo de los fotogramas reciclados. Pero sólo se nota si ves la serie en maratón. Si ves como mucho un episodio a la semana, mientras desayunas, no chirría.


Hace un par de años quise ver la Serie Animada y me aburrí tanto con el primer capítulo que no seguí. Sin embargo, este año me puse a verla y la disfruté de principio a final. ¿Qué pasó? Netflix tuvo la iniciativa de poner la temporada 2 antes de la 1. A la altura de la segunda temporada, el equipo de producción ya sabía lo que funcionaba y lo que no. Empezar por la temporada 2 te permite arrancar con fuerza, mantener el interés y tomar carrerilla para el mal trago del inicio de la primera.

Además, todos los episodios de la temporada 2 parten de tramas universales, atemporales, siempre relevantes para la sociedad. En esencia, sus 6 capítulos podrían titularse:

2x01 Lávate las manos.

2x02 Cuando te ponen trampas en la entrevista de trabajo.

2x03 Si te metes donde no debes, la computadora te fallará.

2x04 Los antivacunas causan epidemias.

2x05 Si quieres que te hagan caso, explica la tarea bien.

2x06 Cuando el abuelo te visita y de repente ya no eres adulto.


Mientras que algunos temas de la temporada 1 no están a la misma altura, o se pierden en la forma. Sus 16 episodios se podrían titular:

1x01 The Motion Picture antes de The Motion Picture.

1x02 ¿Spock era su propio primo?

1x03 ¡Emigrante, vuélvete a tu galaxia!

1x04 Las mujeres te succionan la vida.

1x05 Los tribbles y sus tribulaciones II.

1x06 Cuando tu pareja vuelve de un viaje y está como diferente.

1x07 Semilla espacial, pero peor.

1x08 Lucifer también hizo cosas buenas.

1x09 El permiso II.

1x10 Harry Mudd III.

1x11 ¡Cariño, he encogido a la tripulación!

1x12 El Triángulo de las Bermudas espacial.

1x13 Waterworld.

1x14 Tenía un cuento en el cajón y lo he adaptado con personajes de Star Trek.

1x15 Como hemos usado demasiado a James Doohan, hoy los aliens no hablan.

1x16 Y por último: Kirk y Spock viajan con una amazona, un príncipe pájaro, un gusano cerrajero y un lagarto que estaba ahí por un planeta de alta actividad sísmica y lleno de lava incandescente por si acaso no les renovasen la temporada.


De la temporada 1, destacaré el episodio «Yesteryear», donde Spock viaja 30 años al pasado para salvar su propia vida. Es un imprescindible. Si vas a ver sólo un episodio, ve este. Gracias a él, tuvimos aquella trama de la serie «Enterprise» donde el capitán Archer trataba de sobrevivir a los peligros de la Fragua de Vulcano.


Y de la 2ª temporada, destaco el episodio 5.

El capítulo llamado «Más afilado que el colmillo de una serpiente» nos revela que, en efecto, el dios Kukulkán, la Serpiente Emplumada, venía de las estrellas. Las implicaciones de este capítulo deberían resonar por toda la franquicia, pero este Kukulkán está un poco enterrado en el olvido porque durante años, la Serie Animada no fue cánon. Lo volvió a ser hace poco, cuando quisieron vender la edición remasterizada.


¿Por qué dejó de ser canónica?

Por los caprichos de Gene Roddenberry, un hombre visionario que cuanto más lo conoces más te das cuenta de que lo que más te gusta de Star Trek es lo que otros introdujeron a la franquicia sin su permiso.


Hay quien dice que no importa el cánon que digan las productoras y distribuidoras, ya que lo único que quieren es vender. Yo digo que la opinión de Roddenberry tampoco era infalible. Si por él hubiera sido, no habrían producido ciertos episodios geniales como «Family». Si puedo cargar con la canonicidad de la serie de Picard, ¡aceptaré encantadísimo la de la Serie Animada!

Además, en la reciente primera temporada de «Lower Decks» han hecho suficientes referencias a la Serie Animada como para dar por hecho que la mayoría de cosas sucedieron.

¿Cómo conjugamos pues el hecho de que no sea cánon según Roddenberry y sí sea cánon según todos los demás? La clave está en las holocubiertas. Al inicio de «The Next Generation», eran una novedad tecnológica. Sin embargo, el capítulo animado «El bromista» nos descubre que en tiempos de Kirk ya existían las holocubiertas con otro nombre. Sin embargo, la calidad de esos hologramas no es fiable porque nosotros los vemos como dibujos animados. Si vemos un fondo dibujado con personajes dibujados, todo es igual de realista. Pero si vemos un fondo dibujado con personajes de acción real... ¡Amigo!

La Serie Animada no es en acción real porque es una holonovela antigua. Una de las primeras holonovelas, basadas en hechos reales pero estilizando los eventos. Todo fue real mientras no se demuestre lo contrario.

Yo aquí veo la mano de la Sección 31.


[Me alegro mucho de que la Serie Animada haya regresado al cánon. Con sus chistes de tribbles que se suben a la silla. Con sus aventuras fantasiosas hasta perder todo comedimiento. Con su música repetitiva que nunca te cansas de oír porque es muy buena. Con Majel Barret participando en todas las tramas antes de que se inventasen a Michael Burnham.]


Dentro de lo que cabe, la Serie Animada de Star Trek puede ser tan disfrutable como la Serie Original. Puede que en algunas ocasiones más aún, porque como los episodios duran la mitad, siempre van al grano. Nunca da tiempo a aburrirse; excepto en el primero de la primera temporada. Creo que es el único donde el ritmo les falló de verdad. Bueno, y el otro donde se vuelven pequeñitos y Sulu se cae del tablero de mando. Ahí se quedaron cortos de planos.

Sea como sea, como no importa el orden en que veas los capítulos, no veas el primero el primero.


«Star Trek: la Serie Animada» no es plato de gusto para todos. Normalmente no la recomendaría. Para algunos, su tono puede parecer ridículo. Pero a mí me parece una serie llena de encantos, muy retro y con muchos monstruos. Como leer un cómic de Jack Kirby.

Si la Serie Original te parece demasiado anticuada o lenta y Lower Decks te parece demasiado moderna o acelerada, puede que la Serie Animada te convenza.

 

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LOWER DECKS (T1)


Para que esta reseña de la primera temporada de «Star Trek: Lower Decks» tenga coherencia, vamos a imaginar que los capítulos 1 y 6 no existen. El primero sólo sirve para presentar a los personajes y marcar la diferencia de tono respecto al resto de series. Y el sexto apenas sirve para presentar algo que usarán más adelante. Son unos capítulos tan decepcionantes que no los voy a tener en cuenta.


Dicho esto, ¡qué sorpresa ha sido Lower Decks! Al principio parecía una mera imitación de esa mezcla de tributo y comedia que propuso «The Orville»; pero ha demostrado ser una de las mejores temporadas de arranque de la franquicia Star Trek. Ya quisiera una serie tan buena como Espacio Profundo 9 comenzar tan fuerte como Lower Decks.

Su creador, Mike McMahan, es un trekkie de toda la vida. Sabe combinar entretenimiento con respeto al cánon conocido. Como muestra, el Short Trek llamado «The Escape Artist», donde Harry Mudd roba una clava... Sea lo que sea una clava.


La protagonista de Lower Decks, Mariner, puede comportarse de un modo excesivamente irrespetuoso para una alférez. De hecho, estando Mariner y otros personajes histriónicos, no comprendo por qué hay tanta gente que en su lugar se empeña en odiar a Boimler. ¡Boimler es el contrapunto perfecto para Mariner! Payaso alegre, payaso triste. Será lo de siempre: que quieren proyectarse en un hombre blanco rudo e invencible y no hay ninguno que no quede en ridículo por ello mismo.


Si Mariner causa tanto caos, ¿cómo es que no la expulsan de la Flota Estelar?

Respuesta corta: porque la nave Cerritos no es la Enterprise.

Estamos tan acostumbrados a seguir las aventuras de las naves insignia que nos choca ver cómo viven en las naves más corrientes. Pues bien, aquí están: así son la cubiertas inferiores cuando Picard no está mirando.


Buena parte de la post-producción de esta temporada se realizó durante la cuarentena de 2020, lo que explica algunas imperfecciones en las mezclas de diálogos. En algunas / ocasiones, / se nota / demasiado / que han cortado / a otro take / en mitad / de una frase. Pero en el conjunto no importa.

Todo el reparto de voces es estupendo. Trabajan con matices, intenciones... Cuando se doble en otros países, merecerá un doblaje de calidad.


La animación combina el rentable método de la animación por recortes con algunos momentos de fotograma a fotograma. En ese sentido, sigue la estela de la Serie Animada de los 70, pero con mucho más presupuesto.

Digamos que los animadores toman muchos atajos para no tener que dibujar símbolos nuevos, pero se nota a la legua que saben el efecto que quieren emular.

Los actores y animadores hacen buena dupla.


Se me hace muy raro pensar en Lower Decks como un Trek canónico. Tiene demasiado humor en comparación con todo lo anterior. Sin embargo, tiene un tono mucho más equilibrado que Discovery y Picard. Puedo relajarme, dejar de pensar en lo que yo pienso que debería ser Star Trek y disfrutar de los personajes.

Desde siempre, el mejor Star Trek se ha sustentado en las interacciones entre personajes. Los personajes de esta serie serán todo lo alocados que quieras, pero al menos puedo creer en ellos. No necesitan una trama de proporciones épicas galácticas para llamar mi atención. Basta con usar la fórmula clásica de la Serie Original: tomas un tema de interés cotidiano y lo transformas en una historia de ciencia-ficción.


Ejemplo: «Charlie X», aquel episodio de la Serie Original donde un adolescente tiene poderes y es un impaciente que quiere lío con la ayudante de campo Rand. Esa trama es memorable porque había cosas fantasiosas, pero sobre todo porque hablaba de la madurez de la personalidad, y de cómo hay que respetar a las mujeres.


Si repitiesen la trama de «Charlie X» en «Star Trek: Picard», Charlie sería un joven que ha encontrado un aparato como el de Trelane en «El escudero de Gothos» y está extorsionando a todas y cada una de las naves de la Federación. Entonces Picard agarra una nave minera llena de androides explosivos y vuela el planeta entero donde estaba Charlie. Y luego son seis episodios de Picard hablando de sus remordimientos por haber destruido el hogar de 600 millones de almas, y arrastrando a Raffi de vuelta al alcohol, porque sólo sirve para eso, para meter en el lodo a sus amigos.

Jugarían al tremendismo y perderían el punto, porque desde que los guionistas hacen caso a Patrick Stewart, el personaje de Picard parece escrito por Sylvester Stallone.


En cambio, si repitiesen «Charlie X» en Lower Decks, la trama mostraría a lo que hoy en día se llama un Nice Guy. Sus poderes serían lo de menos. Lo importante sería el hecho de que él se creería que por tratar bien a una mujer, esta le debe algo.

Probablemente, al inicio del episodio Mariner le arrojaría una bebida a la cara y al final del episodio abriría las exclusas de una presa para darle con un embalse en la cara. Por listo; por ser tan Charlie X.


Justo por ello, y aunque tenga un humor que nunca habíamos visto en la franquicia, «Star Trek: Lower Decks» está más cerca que ninguna serie actual de darnos el mejor Star Trek posible.

 

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