Larga vida y prosperidad (2017) - Autismo y tone policing en Please, Stand By

Nuestras próximas semanas estarán dedicadas a Star Trek, así que para hacer ligera la transición, aquí van 2 vídeos sobre la película Larga y próspera vida / Un nuevo camino (2017), y sus correspondientes textos originales.


RESEÑA SIN SPOILERS
 


Please, Stand By —en Latinoamérica llamada Un nuevo camino y en España titulada Larga vida y prosperidad—, es una de las mejores películas relativas al autismo.


La joven Wendy vive en una institución. Confortable, sí; pero institución.

Su única ilusión es Star Trek. Wendy escribe un guion trekkie para una convocatoria de Paramount. Pero no llega a tiempo de enviar el guion por correo y tiene que lanzarse a la aventura por carretera.

O sea, una versión actualizada de Rain Man, cambiando a Tom Cruise por un perrito.


Esta peli me gustó pero no es perfecta. Sigue mostrando perspectivas anticuadas en ocasiones. Pero me encanta cómo la historia arranca con la premisa de que la protagonista es neurodivergente y se mantiene en esa vía hasta el final. No sólo porque es neurodivergente de principio a fin, sino porque es quien lleva la trama de verdad.

La hermana de Wendy también tiene su importancia, por supuesto. Supongo que es el enlace con el público mayoritario. Sin embargo, tanto la hermana como la tutora de Wendy se saben mantener en un equilibrado segundo plano. No son santas, ni tampoco antagonistas. Simplemente, siempre están un paso por detrás.

Wendy vivirá una aventura que pondrá a prueba sus limitaciones y sacará a relucir sus valores. Una historia inspiradora, ¡en el buen sentido!


La caracterización de Wendy es bastante respetuosa. Es una mujer joven autista, pero la película jamás la trata como una niña, ni como un ser de luz etéreo. Wendy es, ni más ni menos, una mujer joven autista. Le tienen prohibido cruzar la calle Market, pero se sabe Star Trek de cabo a rabo.

La película tiene muchas referencias a Star Trek, lo cual es un plus para los entendidos. Hay una escena donde Wendy desvela que en su guión el embajador Spock recluta al teniente Worf en Espacio Profundo 9. ¡Ojalá los guionistas de las producciones recientes de Star Trek hubieran plagiado el guion de Wendy!

Como digo, es una caracterización respetuosa, pero no es perfecta. Please, Stand By puede crear algunas dudas en el espectador. He reservado mi análisis de ello para el siguiente vídeo.

Larga vida y prosperidad.


 
 
 

AUTISMO Y VIGILANCIA DEL TONO
 


Larga vida y prosperidadPlease, Stand By, de 2017— es un buen ejemplo de cómo construir a un personaje central autista. Wendy no es un florero para que los personajes de alrededor se sientan mejor. Tampoco es un cúmulo de rasgos extraídos de la wikipedia. Es un personaje complejo. Si solamente supieras una cosa de ella, sería que es fan de Star Trek. Y eso dice muchas cosas buenas del guion.


Como siempre sucede en las películas donde el autismo se aborda de frente, algunas caracterizaciones pueden tener más buenas intenciones que un verdadero respeto. Sin embargo, en esta historia los puntos negros suelen funcionar como un elemento realista. Es decir, varios comportamientos cuestionables son mostrados como defectos de los personajes. Los amigos de Wendy hacen cosas que no son beneficiosas para ella, pero más adelante pagan por ello de una forma simbólica. No es como la película Music, de Sia, donde directamente te recomiendan hacer un placaje a tu vecina.


Nada más empezar te presentan las reglas bajo las que se rige el mundo de la protagonista. Ella explica a otro personaje —que en ese momento representa a la audiencia— qué hace cada semana y qué no hace. Es la rutina diaria. El Sr. Spock también tiene su rutina de meditación.

Lo que los neurotípicos entienden como rutina no siempre es lo mismo que los autistas entendemos como rutina. Pero dentro de esta historia, la concepción neurotípica de la rutina ayuda a que la trama fluya mejor.


Wendy vive en una casa comunal —porque institución suena feo— y trabaja en una pastelería especializada en bollos de canela. Ella explica sus esfuerzos cotidianos para que su voz suene agradable y de confianza a potenciales clientes. Yo siempre voy a creer que la sociedad debería aceptar entonaciones distintas al hablar, pero en este caso no le voy a dar más vueltas. Wendy ha sido contratada para hacer bollos de canela y servir muestras. Su objetivo a corto plazo es sonar como una persona atrayente, y no provocar pensamientos de cualquier cosa que no sea bollos de canela.


Su tutora, la jefa del asilo, es Scotty, apodada como el ingeniero de la serie original de Star Trek. Está interpretada por Toni Collette. Esta actriz siempre interpreta a personajes tridimensionales que hacen cosas que quizá no te gusten, pero que puedes valorar su función en el conjunto de la historia. Si escribes un personaje digno que toma decisiones equivocadas, llama a Toni Collette.


Scotty lleva adelante actividades para todos los jóvenes del asilo. Sigue a rajatabla las ordenanzas, y por eso algunas de sus terapias parecen del siglo pasado. Por ejemplo: le pregunta a un chico que se está balanceando si le parece bien una entrevista con un colmado. Y sin esperar un par de segundos a la respuesta, hace como si él le hubiera dicho que sí. ¡Y el chico no ha dicho nada! No estaba asintiendo, estaba balanceándose por razones no relacionadas.

Ahora, en la casa parecen todos muy contentos.

En esta casa puedes cantar en el vestíbulo, y si tienes misofonía, que te den.

Puedes cenar con todos, y si necesitas comer en soledad, que te den.

Puedes rechazar entrevistas de trabajo, y si no respondes en menos de dos segundos, que te den.

La guinda del pastel son los 3 segundos de contacto visual. Para los autistas, forzar el contacto visual es tortura. No nos sirve a nosotros, sólo a los demás. Es una forma de dominación.

Scotty, no lo estás haciendo muy portentoso. ¡Necesito más potencia de curvatura!


CORTE DE AUDIO, 6'

[Scotty] Vale, ahora nos toca trabajar con Nombres y Lugares.

[Wendy] ¡Nombres y Lugares es un asco!

[Scotty] Ya, bueno, no es... Tampoco es mi actividad favorita, pero tenemos que hacerla.

[Wendy] ¿Puedo ver la tele?

[Scotty] Sí. Pero antes, ¿cómo debes estar? Debes estar muy...

[Wendy] (Pausa) Calmada.


Un tópico común que no me gusta de las películas relacionadas con el autismo es que muestran los ataques de ira como si fueran un rasgo más de esta condición en concreto. Y no tiene por qué ser así. Hay que pensar que Wendy lleva toda su vida condenada a hacer miles de terapias —muchas de ellas puramente conductuales— para fingir ser otra persona de puertas afuera. Nunca se le ha permitido expresar sus emociones negativas porque nunca han sido vistas como emociones negativas sino como síntomas indeseables. Es un proceso sistemático de invisibilización aceptado por el propio sujeto.

La ira no es la emoción más sana, pero es mucho menos sano reprimirla. Porque entonces crece en tu interior, y cuando te falte la energía para contenerla, estallará. Reprimir las emociones negativas hasta tal punto es igual que adiestrar a un perro para que deje de mostrar sus gestos de stress. El día que se estrese de verdad, no verás venir la dentellada.


Voy a dedicar el resto del vídeo a analizar la escena de la visita de la hermana.


La hermana de la protagonista está interpretada por Alice Eve. O sea, Carol, de Star Trek: en la oscuridad. ¿Lo sabe Wendy? ¿Sabe que su hermana sale en Into Darkness? No lo creo, o la llamaría Carol. Yo la voy a llamar Carol porque su nombre de verdad se parece demasiado a Wendy y no me quiero confundir.


Carol abandona el piano que simbolizaba su unión con su hermana. Las imágenes en vídeo del pasado están grabadas con mucho tacto por parte del director. Hay un breve amago de crisis por parte de la Wendy pequeñita, pero la película nunca se regodea ni le busca un drama que no existe. Lo ve como algo natural; incluso nostálgico. Es bellísimo ver a la PequeWendy agitando sus manos de gozo al tocar el piano.

Carol y su marido siguieron viviendo su vida sin Wendy; pensando en ella como aquella niña que solía tocar el piano y que ya no vive ni vivirá con ellos. Por su parte, nuestra protagonista se vio encerrada en un centro donde no puedes hacer tostadas cuando te apetece, donde si no cenas en la mesa junto a todos te quedas sin nada que cenar, y donde si pides a alguien que se calle te inmovilizan en el suelo como a un criminal. Obviamente, Wendy quiere volver a casa.


Wendy no pide nada exorbitado. Sus reclamaciones son justas, pero como su modo de expresarlas conlleva una serie de estigmas en la percepción de los demás, su entorno se siente violento y la ve a ella como un peligro.

Yo puedo comprender que Carol necesitaba una casa segura para su bebé. Pero opino que vender la casa de su madre fue egoísmo. Wendy necesita saber que cuando salga de la prisión su casa seguirá en el mismo sitio. Incluso aunque nunca la visites, es importante saber que tu casa sigue donde siempre ha estado. Por más que le comprasen otra casa en el futuro, nunca será su verdadera casa. Será otro techo cualquiera, no muy diferente del asilo.


Uno de los problemas que no provienen del autismo en sí pero es común que suceda al hablar entre autistas y neurotípicos es que a veces los tonos de voz no acompañan a los verdaderos estados de ánimo. No estoy hablando de que uno no entienda las intenciones de los demás —que también pasa—; estoy hablando de cuando dices algo que se sale de la imagen que los demás tienen de ti y de repente eres el enemigo público nº 1. De repente eres un intransigente, eres demasiado agresivo. Se crea una situación de efecto bola de nieve porque la situación es desoladora. Te rompe el corazón ver cómo cierta gente sólo te trata bien cuando sonríes como un bebé; cuando aceptas el rol de su simpático bebé. Bueno, pues tengo noticias. Los bebés también gritan. Los bebés también lloran. Y los bebés también tienen que expulsar los gases. Las emociones negativas se parecen a los gases: si nunca puedes soltarlos, te asfixiarán. Y si los demás no te permiten respirar, mucho menos te dejarán hablar.

Puede parecer a algunos espectadores que el comportamiento de Wendy se vuelve muy agresivo sin provocación. Que toda su agitación sale de la nada. Sin embargo, hay una serie de puntos críticos que Carol tocó y no debiera haber tocado.

De entrada, Wendy estaba ansiosa por pedir a su hermana que la acompañase a la oficina de Correos. Era muy importante para ella pero le comía la incertidumbre de no saber si su hermana le haría el favor. Por eso estaba descargando su ansiedad con el ganchillo. Probablemente en la institución no comprenden los beneficios de un buen aleteo de manos.

Wendy necesitaba hablar del envío del guion. Un asunto del que dependía de su hermana, la misma hermana que la encerró. Pero tampoco podía sacar el tema al instante porque eso no es de personas educadas. Es decir, educadas bajo un sistema que sólo acepta a los neurotípicos.

En mi experiencia personal como autista, uno aprende que para hablar con neurotípicos de cosas importantes, primero tienes que aguantar un rato de cháchara insustancial que no va a ningún lado. No es tanto una regla no escrita como un truco instintivo que acabas desarrollando para que no nos saquen del tema que necesitamos tratar. Las personas neurodivergentes que tenemos problemas con las funciones ejecutivas no soportamos las interrupciones arbitrarias. Perdemos el hilo de lo que estábamos diciendo y tenemos que recomenzar desde el inicio. Y cada interrupción nos duele más. Cuando digo que nos duele, no estoy siendo un poeta que guste de metáforas. Cuando nos sacan bruscamente del hilo de la conversación, se nos activan las mismas áreas del cerebro que cuando somos agredidos físicamente. Por eso es mejor esperar a que el río sea menos caudaloso, para entonces poder navegar sin tantos problemas.

Wendy estaba ahí, esperando a que su hermana se quedase sin balas con las que interrumpir; y una de las balas la agujereó. La idea de perder la casa donde se crió. Es decir, la perspectiva súbita de tener que vivir toda su vida en el asilo. Un impacto considerable.

Cuando Wendy se levanta y salta a hablar de la convocatoria de guiones, no está hablando de eso en primer lugar. En realidad está pidiendo que la pesadilla en la que vive no se convierta en una realidad permanente. Está suplicando horrorizada, y tristemente, la reacción de la hermana es responder con un: «No me hagas esto.»

En ese momento, Wendy se está enfrentando a duras penas a emociones espantosas de desesperanza. Cualquiera se pondría a gritar. Cualquiera.

Y si la situación entra en una escalada de incomprensión es porque Carol no reconoce que ha hecho algunas cosas mal y no hace el favor de acompañar a su hermana a Correos. En su lugar, dirige la mirada hacia la directora de la institución, como pidiendo refuerzos a la autoridad. Y por desgracia, la autoridad de la institución está a sueldo de Carol. Scotty no puede decirle:

«¡Aguántate, hermana! ¡Las emociones de Wendy son válidas! La culpa es tuya por expulsarla de la familia y luego venir a soltarle sin cuidado la noticia de que va a perder su casa.»

No, no puede decirle eso. A la jefa le pagan para que agarre a los que se portan mal y los inmovilice contra el suelo.

Y todo ¿por qué? Porque Wendy estaba gritando «callaos, callaos» y las señoras no se callaban.

Aquí es donde entra en juego el tone policing. No es un término nuevo, pero como no es tan conocido como me gustaría, quiero explicar qué tiene que ver con esta escena.

Imagina que estás en un viaje por el campo y duermes al raso. No tienes miedo de la noche porque te has echado en un sembrado y te acompaña tu querida mascota. Cuando está por amanecer, te despierta un tractor que se acerca. Tu mascota se había dormido más allá y el tractor la va a atropellar. Es un tractor tan ruidoso que no te escuchará si no gritas. No hay tiempo para delicadeces, es una cuestión de vida o muerte. Entonces gritas con todas tus fuerzas: «¡Altooo! ¡Altooo!» Y el tractor sigue. Y tú sigues: «¡Altooo!» Pero por más que gritas, el tractor atropella a tu mascota. Y de repente el tractor se detiene y sale el conductor. Y tú le preguntas: «¿Por qué no te detuviste antes?» Y el conductor responde: «Ah, porque tenías que pedirlo por favor.»

Así suenan los que usan el tone policing. El conductor pudo haberse detenido, pero ante los gritos se puso soberbio y prosiguió su ruta arrasando con todo. Las buenas maneras son agradables, pero hay momentos donde necesitas algo con tanta urgencia que entre tus opciones no está el «por favor». La asertividad sólo funciona en ambientes donde puedas conservar el aplomo.


Si te sueles callar cuando alguien te lo pide por favor, razón de más para callar cuando alguien te lo suplica gritando.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

The Night Clerk (2020) - Reseña Rebañada

Campeonex (2023): Reseña Rebañada

Mercury Rising y el autismo