Cat People (1943) - Reseña Rebañada
Reseña con spoilers de CAT PEOPLE (Jacques Tourner, 1943).
TRANSCRIPCIÓN
Cat People, de 1943, llamada en Latinoamérica La marca de la pantera y llamada en España La mujer pantera, es una de esas joyas inmortales de las que se habla muchísimo en círculos especializados y no tanto fuera de ellos. Creo que parte de culpa la tienen las sinopsis. Siempre suelen presentar al público potencial un resumen parecido a:
«Esto es una mujer que se casa con un buen hombre pero luego se pone celosa y claro, se hace pantera y monta un cimborrio.»
Con esas sinopsis nadie va a entender lo que pasa.
Parte del encanto de Cat People es que surgió en una época de autocensura. Antes de 1930, Norteamérica podía filmar todo tipo de barbaridades. ¡Si Serguéi Eisenstein había mostrado en El acorazado Potemkin un primer plano de un disparo en toda la cara, Hollywood no iba a ser menos! Pero EEUU no era Rusia, y ante la amenaza de un comité que pudiera prohibirles de hecho filmar barbaridades, Hollywood prefirió crear un código de buenas costumbres para que la censura no fuera necesaria. Más bien, no fuera obligatoria. Por eso la mayoría del cine norteamericano de mediados del siglo XX es tan poco memorable.
En 1943, el Código Hays no podía permitir que una mujer casada que no consumara su matrimonio tuviera un final feliz. Forzosamente, ella debía ser un monstruo. ¡La mujer pantera!
Cat People nació de la conjunción de tres genios con algo distinto que aportar.
El productor fue Val Lewton, escritor ruso que sabía lo que era criarse como una persona introvertida.
El guionista fue DeWitt Bodeen, que podía profundizar en los amores malditos desde su perspectiva de homosexual.
Y el director fue Jacques Tourneur, que empezó en Francia como editor de los filmes de su padre; por eso la fotografía armoniza con el ritmo narrativo.
Entre los tres formaron el pasado, el presente y el futuro de Irena Dubrovna Reed.
El joven Oliver Reed, —no hay parentesco—, se prenda de una artista serbia que huele bien. Irena, la artista serbia que huele bien, se prenda de un tipo que le dirige la palabra.
Oliver trata de ser el conquistador, pero es Irena quien le invita a tomar el té. ¡Toda una pantera! No obstante, ya desde el inicio hay un desencuentro en sus intereses. Su primera tarde juntos comienza con Oliver mirándole el trasero desde abajo, y termina con Irena mirándolo cual Julieta desde arriba.
Durante la etapa sin demostraciones sensuales de su relación, hay una buena afinidad entre los dos. Irena es una mujer un poco inusual, a quien la oscuridad le parece una amiga. Habla de mamelucos, de reyes cristianos, de brujos ocultos en las montañas... Pero a Oliver todo le parece bien.
«¿Que el gato se asusta ante tu presencia? ¡No pasa nada, lo cambiamos por un canario! ¿Que todos los animales de la tienda entran en pánico nada más verte entrar? ¡No pasa nada, toma el paraguas y quédate fuera!»
Tarde o temprano, Oliver va a dejar a Irena fuera. Después de todo, él es un joven americano NORMAL. Nunca ha sufrido por nada, siempre ha sido feliz en todas partes. No está acostumbrado a que una mujer le dé problemas. Así que cuando Irena muestra una negativa a algo tan de 1º de Noviazgo como darle besos, él le propone matrimonio. ¡Ya caerá!
Hoy en día podríamos hablar de la posibilidad de que Irena sea asexual. Pero en 1943, si una mujer no cumplía con sus roles impuestos, por fuerza debía ser a causa de un trastorno. Ni siquiera la veían como una mujer. En la boda, unos hombres ven a una mujer fría y de gesto hermético, y lo primero que hacen es compararla con un gato. Y más tarde, cuando Irena parece fantasiosa pero inofensiva, su marido le dice: «You crazy kid». Ya no es una mujer, sino una niña loquita.
Entonces llega el momento Frozen. Es una escena dramática, pero llena de conmiseración. Oliver llama a la puerta en la noche de bodas, pero Irena no quiere "hacerle un muñeco de nieve". Para ella, esta negativa de su propio ser a hacer feliz a su marido tan fácil como lo hacen las demás esposas va a ser la fuente de todos sus conflictos.
Por lo poco que mencionan de sus antecedentes un poco después, yo entiendo que su madre, una mujer del siglo XIX, era asexual igual que ella. Cuando el padre de Irena murió, la madre le dio la espalda a un segundo matrimonio y a todo avance sexual de los hombres de su aldea. Entonces los supersticiosos la llamaron bruja, la llamaron mujer pantera, porque eso de vivir sin complacer a los hombres no era una actitud cristiana. La niña Irena captó en su entorno este desprecio hacia su madre, y para poder sobrevivir lo transformó en fobia internalizada contra todo aquello que atentara contra los sagrados sacramentos, aun a costa de su autoestima y de su estabilidad emocional. Basó su identidad en esa lucha contra un culto enemigo, y cuando sintió que no deseaba el "sable" de su marido, se preguntó si no merecería ser ensartada por la espada del rey Juan de Serbia.
Aquí hay una elipsis de un mes que no te enseñan. El Código Hays no veía bien que una esposa se negase a consumar el matrimonio cuatro sábados seguidos.
Irena empieza a tener impulsos que no comprende. Tampoco se nos explican demasiado a los espectadores. Pero sí podemos ver que responden a una verdad, a una seguridad interna. Por eso antes Irena no lograba encestar una bola de papel en una papelera enorme pero ahora no tiene problema para colar un pájaro muerto por una rendija minúscula de la jaula de la pantera.
¿Qué son estos impulsos? Oliver cree que son tonterías de histérica que vienen de creer en cuentos de aldea subdesarrollada. Sin embargo, esos cuentos son lo único que ha mantenido a su mujer en sus dos pies durante toda su juventud; y ahora pretenden quitárselo con ayuda del Dr. Louis Judd, un psiquiatra besamanos. Podrían haber elegido a otro menos sospechoso, pero supongo que el apellido Judd les sonaba a una fusión de Jung y Freud. (Meh.)
El Dr. Judd es el típico psiquiatra que da mala fama a los profesionales de la salud mental. Se aprovecha de la información personal de su paciente, la sigue a los lugares que frecuenta, lleva consigo un bastón con un estoque dentro... La cita con la que empieza el filme es suya, pero para mí es el villano.
Por cierto, las pelis producidas por Val Lewton estaban plagadas de citas famosas, ya sea escritas en los créditos, en las paredes o en poemas. Son fragmentos de cultura popular que los personajes siempre transforman en juicios morales para demostrar que tienen razón. Sabiduría reconvertida en pura presión social.
La elección de la consulta del Dr. Judd no es una elección al azar. Fue recomendación de Alice, la compañera de trabajo de Oliver. Alice empieza siendo una secundaria que meramente sirve para darle el pie a otros personajes y reírles las gracias, pero poco a poco empieza a intervenir en más y más escenas.
Nuestra protagonista está celosa. Oliver quiere a Irena porque es "su niña loquita", pero pasa su tiempo libre con Alice porque es una mujer muy inteligente con la que puede hablar de cualquier cosa. Cuando los tres están juntos, Irena es tratada igual que una niña.
Creo que Oliver es un hombre sin malicia. Lo que pasa es que nació hace cien años y es torpecín. Hay asuntos de la sexualidad que todavía está a medio siglo de aprender. Aunque sea parte del problema, no lo puedes odiar. ¡No como al psiquiatra, que es un stalker! Cuando Irena da por finalizada su relación profesional, el doctor estudia sus notas para hacerse el encontradizo con ella. Vuelve a meterle ideas en la cabeza. ¡La desea! No me extrañaría que su primera sesión de hipnosis siguiera activa. Si piensas en todo lo sórdido que pasa en la película desde la teoría de la hipnosis, todo tiene sentido. No obstante, en este momento el guion necesita darle la vuelta a tus simpatías.
¡Mira a Oliver y Alice! ¿No hacen buena pareja? ¡Mira cómo tratan como a una igual a la señora de la limpieza! ¡Mira cómo tratan como a una igual a la camarera del caldo de pollo! ¡Tienen que ser buena gente, no como esa bruja de Serbia!
Yo no creo que los cuentos serbios de Irena sean verdad. Al igual que los rótulos de las citas famosas, son el reclamo de cara al público que permitió a esta historia pasar los códigos de autocensura de la época. A poco que lo pienses, encontrarás una explicación terrenal para todas las escenas donde supuestamente Irena se transforma en pantera.
La escena de las huellas no es una prueba de nada sobrenatural, sino todo lo contrario: es el momento en que la paranoia se desboca en Alice, que también tiene sus antecedentes. No veo la escena como un momento de fantasía producido con pocos medios, sino como una experimentación del lenguaje del cine como expresión artística de la psique humana. El hecho de que no todos lo puedan ver así se debe a que damos por sentado que las películas antiguas suelen ser mediocres porque durante décadas el Hollywood puritano vetó toda innovación en el lenguaje del cine. Querían finales inequívocos con una moraleja obvia. Y a mí lo que me gusta de Cat People es que cada vez que la veo puedo interpretar el final de un modo diferente.
¿La segunda llamada anónima era del doctor? ¿El doctor se echó un litro de perfume de Irena para engañar a Oliver y Alice y así tener la casa para él? No lo sé, pero la mitad de los misterios se pueden explicar con gatitos.
La última línea del filme está añadida en sonorización:
«Nunca nos mintió» / "She never lied to us."
Esta línea se puede leer distinto según la idea que hayas tenido de toda la película hasta ese momento.
Puede significar que como la historia fantástica era real, el psiquiatra murió en defensa propia, con honor. En tal caso, daría un mensaje de condenación a la mujer con voluntad propia.
Pero también puede leerse como:
«Marido, si tu mujer te dice que no quiere ser tu gata, no pienses que es una excusa de niña que no sabe de lo que habla. Si ha sacado ese cuento a colación es porque importa en su narrativa vital.»
Una idea puede engañarte, pero una emoción siempre dice la verdad. Los cuentos no son crónicas verídicas, pero reflejan verdades de nuestro interior. En ese sentido, los cuentos no mienten.
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